¿Qué es la insoportable dualidad?

«…El cierre de cremallera desplaza al botón y el hombre ya no dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una hora filosófica y, por lo tanto, una hora de melancolía…»

(Ray Bradbury, Fahrenheit 451)

Por un buen tiempo, en los canales de TV se reconoció el mérito a «Televisión Registrada» sin destacar que el origen más puro de ese formato nació en el viejo ATC con su programa llamado «PNP», tal vez sus hazañas  fueron opacadas por su conductor o qué se yo pero bue, eso es tema aparte.  Solo voy a destacar su título «Perdona Nuestros Pecados» y su función de noticiero enfocado en todo lo que pasa dentro del mundo de la televisión. Lo que más me gusta de ese formato es ver cómo los personajes de la  mal llamada caja boba van cambiando en un período de tiempo sus discursos, pareceres, pensamientos, emociones, puntos de vista, etc.

Cada tanto me pregunto qué sería de nosotros si tuviéramos la memoria al estilo «Televisión Registrada» para recordar lo que vamos diciendo a medida que pasa el tiempo y así observar cómo poco a poco, vamos pisando el palito de la contradicción. Me gustaría saber qué sentí o pensé el año pasado acerca de determinado tema para comparar con lo que me pasa hoy en día. Se muy bien que en determinados aspectos no hace falta ir tan lejos para descubrir lo mucho que podemos variar nuestro parecer.  Esta es la línea sobre la cuál me gustaría hacer mi ciber camino, la dualidad que en lo profundo se germina y así poco a poco evoluciona hacia la vereda de enfrente. Si muy bien, podes decirme que nuestra esencia no cambia, me queda claro,  llegamos a creer firmemente que siempre vimos a la realidad de la misma forma pero no es así ya que en otro momento, fuimos diferentes en nuestro parecer y por suerte, lo vamos olvidando.

Para dar un ejemplo de obvio remate, puedo pensar en la hiperconectividad del hoy en día y en esa extraña dependencia  interior hacia ella. Por un lado, decimos que vemos un montón de personas prendidas a los botones del celular mandando mensajes y al rato, después de haber criticado a «los otros» nos fijamos qué comentarios generó la foto de mi mejor perfil en las vacaciones del año pasado. La de veces que caemos en el cliché diciendo: «Fulanito se la pasa todo el tiempo viendo las fotitos de los demás, le mando un mensaje y al toque me responde» yo digo: ¿Cómo resolviste ese parecer? ¿Cuántas horas te quedaste para comprobar que Fulanito se quedó conectado? justo las pocas veces que te conectaste Fulanito dejó cientos de comentarios, qué barbaridad. Por último, muchos critican los comentarios tales como «voy a comprar leche; siento un dolor muy fuerte en el codo porque me quebré la uña;  manito arriba a frases tales como: «te doy hasta que el profesor Jirafales le traiga la pelota cuadrada a KiKo» ahhh fijate la foto de Fulanito, es demasiado íntima para colgarla pero yo, sin percatarme, con todo lo que selecciono para mi ciber álbum de fotos, hago exactamente lo mismo a pesar de ser más discreto entre mis contactos. Tal vez exponemos en lugar de expresar, comprendo, no todo el mundo esta interesado en expresarse.

La razón por la que vuelvo a escribir es para demostrar lo que nos pasa, la idea sería, dejar un mensaje con un mínimo contenido en esos aspectos de la vida donde los opuestos se tocan y pafff, nos contradecimos.

Pulgar arriba para la frase  «te doy hasta que el profesor Jirafales le traiga la pelota cuadrada a KiKo»

¿Alguien sabe cómo se escribe el nombre del hijo de doña Florinda?

Les dejo un pulgar arriba a los que se animan a dejar comentarios.

Rodrigo.